lunes, 8 de octubre de 2012

"Seguiré trabajando"

Al reconocer su derrota y felicitar al presidente Hugo Chávez por la victoria obtenida en las elecciones de este domingo, el excandidato Henrique Capriles Radonski ratificó este domingo su disposición a seguir trabajando por la Venezuela de progreso, "en la cual pregoné con nuestros recorridos y concentraciones a lo largo del país".

Ataviado con una chaqueta tricolor y visiblemente tranquilo, dese la sede del Comando Venezuela Capriles Radonski les pidió a sus seguidores que no se sientan derrotados y prometió seguir trabajando por el país. Capriles envió un mensaje de felicitación al presidente Hugo Chávez “hay un país que tiene dos visiones y ser un buen Presidente significa trabajar por la unión de todos los venezolanos”, le sugirió.

El abanderado opositor dijo que respeta al oficialismo y que acata la decisión del pueblo, pero aseguró que

lunes, 1 de octubre de 2012

El propio programa

Una vez señalábamos que desde hace un cuarto de siglo, más o menos, los programas de gobierno como parte de la oferta electoral han ido disminuyendo su valor y su presencia en las afanosas contiendas por la Presidencia de la República. En varios casos estos ni siquiera han existido, aun en candidaturas de mucha monta.

Caldera II, por ejemplo, ciertamente logró reunir un copioso e ilustrado conjunto de venezolanos que trabajó meses en la elaboración de proyectos para las diversas áreas del que hacer nacional.

Pero si bien el resultado de esa meditación colectiva fue editado en un libro, éste prácticamente no circuló, sustituido por un pequeño folleto sintético, minimalista a más no poder. Hugo Chávez llegó al poder en el 98 con un solo y monocorde estribillo: acabar con los corruptos, someterlos a los mayores escarnios y castigos.

Cosa que no hizo nunca, de paso. Arias Cárdenas sencillamente no puso por escrito proyecto alguno cuando lanzó su candidatura contra su gallináceo colega golpista. En el caso del Chávez posterior la idea misma de programa es por naturaleza contradictoria con su manera caudillesca de mandar y no solo sus promesas electorales se han convertido no pocas veces en sus contrarios, mentiras a secas, sino que cuando propuso la reforma de la Constitución y el soberanísimo se la negó, se dedicó a instrumentarla a